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Hecho En El Corazon: Virgilio Flores

Llevo muchos años trabajando en publicidad, trabajando en ideas con muchos creativos que admiro y respeto, hablando de que tan buena puede ser una, o que tan potente puede llegar a ser la ejecución de otra. Y entre eso, he pasado tiempo criticándolas o llamando “genio”, “crack”, “capo” a esos amigos que logran sacar una pieza creativa increíble con el potencial de ganar en algún festival publicitario.

Pero desde el nacimiento de mi hija Marcella, quien fue diagnósticada con parálisis cerebral severa, me encontré con ideas que realmente me han sorprendido mucho más. Ideas hechas por los creativos más honestos del mundo: por padres y madres a quienes sí deberíamos pasar horas llamando “luchadores”, “rebeldes”, inpiradores”, porque encuentran ideas que no salen de una hoja en blanco, sino de corazones multicolores.


Ideas como la de Diana, quien creó una patineta especial para que su hijo con parálisis cerebral pudiera sentir la experiencia del movimiento, o la de una madre en Israel quien inventó un dispositivo para que los niños con parálisis cerebral puedieran caminar junto con sus padres y hacer terapia, o la idea que tuvo Diego inspirándose en un niño con parálisis cerebral para hacer la primera bicicleta para niños con este diagnóstico. La lista es larga y cada una de esas historias se transforman en acciones increíbles que motivan, porque frente a una situación como esta lo que no se puede quedar paralizado es el espíritu y las ganas de lograr lo imposible.


Para mí, trabajar con creatividad es una suerte en la vida, algo por lo que debemos estar muy agradecidos, pero que tu creatividad además logre cambiar la vida de tus hijos y de muchos otros, es simplemente mágico!


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